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La rentabilidad se refiere específicamente a los beneficios que puedo obtener o que obtuve en una inversión. La económica, la financiera y la social se distinguen entre sí.

Es decir, es un buen indicador de desarrollo de mi empresa o emprendimiento. Es lo que me permite analizar la capacidad que tengo para remunerar los recursos que ya utilicé. Existen diferentes tipos de rentabilidad y cada una representa a una variable diferente.

En primer lugar, debemos hablar de la rentabilidad económica. Es la que hace referencia específicamente al beneficio promedio de la empresa por la totalidad de inversiones realizadas.

Está representada en porcentajes y compara el resultado que hemos obtenido con el desarrollo de la actividad de la empresa, con las inversiones para obtener ese resultado. Esto quiere decir que no contempla gastos, ni intereses, ni impuestos.

Para obtenerla hay que multiplicar el margen de beneficios por la rotación del activo, es decir, el margen que obtenemos de la venta de un producto o servicio por las veces que lo vendemos.

Por otro lado, tenemos a la rentabilidad financiera. Es la que hace referencia al beneficio que se lleva cada uno de los socios de una empresa. O sea, el beneficio de haber hecho el esfuerzo de invertir en esa empresa. Esto quiere decir que la rentabilidad financiera es la que mide la capacidad que posee la empresa de generar ingresos a partir de sus fondos. Es decir, esta medida es más cercana a los accionistas y propietarios que la rentabilidad económica.

La principal diferencia entre ambas es que la rentabilidad económica tiene en cuenta todos los activos utilizados para generar rentabilidad. En cambio, la rentabilidad financiera sólo tiene en cuenta la cantidad de recursos propios utilizados.

Cuando la RE es mayor que el coste de la deuda (k), el apalancamiento financiero es positivo y la RF será mayor que la RE. En cambio, si el coste de la deuda es mayor que la RE, habrá un efecto apalancamiento negativo y la RF será menor que la RE. Miremos estos dos ejemplos:

En último lugar nombraremos a la rentabilidad social. Este concepto hace referencia a los beneficios que puede obtener una sociedad de un proyecto o inversión de una empresa. O sea, esta rentabilidad es independiente de la económica, ya que puede plantearse que un proyecto sea rentable socialmente pero no económicamente para el inversor. Este concepto se aplica, por lo general, en la construcción de la estructura de una sociedad.

Reconocer y saber sobre los diferentes tipos de rentabilidad significa adquirir herramientas en el planteo de mis proyectos que impactarán en mis futuras decisiones de negocios.