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Convencer a tu interlocutor de que lo estás escuchando significará mejorar tus vínculos

laborales y tu vida diaria.

Muchas veces, prestar atención no es suficiente. Especialmente, en el mundo de los negocios o en las relaciones personales. Más que escuchar, será clave demostrar la escucha y hacer sentir al otro como una persona escuchada.

Además de captar información, debo demostrar curiosidad y respeto para que mis

conversaciones sean productivas y me ayuden laboral y personalmente.

Lo más importante de una escucha activa bien demostrada es que establece un ambiente de cordialidad y una predisposición mucho más abierta al desarrollo.

La escucha, para que sea válida, debe ser recíproca. Necesito demostrar que escucho y

necesito ser escuchado.

1- El primer paso para lograrlo será simplemente escuchar. El cuerpo no miente y tus gestos

serán percibidos inconscientemente por tu interlocutor.

2- En segundo lugar, debo concentrarme y evitar pensar solamente en mi punto de vista. Tomar a un punto de vista, aunque yo no esté de acuerdo, como válido, abrirá muchas puertas dentro de la charla.

3- Continuaremos con no interrumpir. Quedarse callado y lograr que la otra persona termine su monólogo, derivará en un diálogo fructífero.

4- El cuarto paso será parafrasear. Esto logrará mantener una conexión con el interlocutor.

Parafrasear es repetir con mis palabras lo que la otra persona quiso explicarme. La ventaja de este paso es que evitará malentendidos.

5- La conversación debe proseguir con la aceptación de las correcciones. Debo asumir, si es que la otra persona me corrige, que mi interpretación no fue buena y llegar a una conclusión en común.

6- Por último, es bueno hacer preguntas e indagar sobre lo que la otra persona espera del futuro o de lo que fue hablado para tener una perspectiva y una visión más o menos parecida.

Estos pasos deben ser conscientes y debemos evitar el comportamiento automático, por más difícil que sea. La disciplina será nuestra mejor aliada.